En este artículo les
vamos a hablar acerca del papel de una partera nuestro objetivo es rescatar
información acerca de lo que pasaba antiguamente con la maternidad y así
sepamos más acerca de cómo daban a luz, muchos de nosotros nos preguntamos cómo
tenían a los bebes antiguamente si no habían médicos, pedíatras y personas que
supieran acerca de esto pues antiguamente eran de moda las parteras ya que
ellas se encargaban de traer al bebe al mundo a continuación les vamos a hablar
más acerca de ellas:
¿Cuál era el papel de una partera en ese tiempo?
La partera dentro de la
cosmovisión de los indígenas era una persona que cumplía un papel fundamental,
es la que según sus tradiciones le da la bienvenida al recién nacido. Cuando la
partera iniciaba el ritual se encomendaba a los seres supremos, según sean las creencias.
Ella se encarga de
adecuar el lugar para empezar su trabajo abrigando el cuarto, para abrigar el
cuarto algunas parteras prende el fogón o varias fogatas y otras lo hacen con
humo de sahumerio.
Según los escritos
antiguos la partera debe estar pendiente de como son las contracciones o pujos,
para así ella sacar un diagnostico y saber como va hacer el parto y que tan
complicado esta.
¿Qué pasaba cuando el parto se demoraba?
Cuando el parto se
demoraba, la partera colocaba un huevo en el fogón, esperando las respuestas
que este diera cuando había sudor era que había frió en el organismo de la
madre, pero si el huevo se reventaba era que la mujer estaba lista para dar a
luz. Para calentar el cuerpo de la embarazada utilizaban aguas como la de
canela o de pepa de chirimoya.
¿Que palabras de bienvenida utilizaban las parteras?
La partera lo coge en
sus manos y le dice las palabras de bienvenida: “señora de Cotacachi, Imbabura,
ven hijo de Dios, aquí vamos a vivir, en esta comunidad, en esta casita, con
esta familia, comidos o no comidos, pero aquí vamos a vivir. Siempre estaremos
juntos, aquí vas a crecer, vas a ser grande, vas a tener hijos, vas a tener tu
pareja, aquí en esta comunidad bajo mamá cotacachi, bajo taita Imbabura, bajo
Dios, bajo la Virgen, aquí vas a vivir”.
Pero se cree que si no
se dicen las palabras bien el niño piensa que es rechazado.
Por último y para
cerrar la partera atiende a la madre, para comprobar la salida de la placenta e
inicia un nuevo ritual. En el que con ramas de chilca le da golpes a la
placenta y dice: “No serás ocioso, no serás andariego, vivirás en la casa,
atenderás tus roles, servirás a tu comunidad, servirás a tu familia, servirás a
tu entorno. No te olvides de la tierra en donde naciste, ni de la comunidad
donde naciste, no te olvides de los que te ayudaron, de los que siempre están
contigo”.
Y de ahí la placenta
será enterrada en la casa o en un árbol cercano.
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